lunes, 4 de junio de 2012

Julliet, el hada enferma.


Érase una vez dos hadas que estaban en un lugar encantado, había muchas hadas, pero una de  ellas Julliet estaba resfriada, iba hacia un campamento de ping-pong junto a su hermana Rouse, esta hacia todo lo posible porque su hermana se pusiera bien.

Ésta, preocupada, le echo unos polvos mágicos que le había dado su madre por si alguna de ellas enfermaba, pero aún así no estaba recuperada del todo así que decidieron alojarse en un hotel para hadas que había en medio del bosque.

Cuando llegaron había un buen curandero que intento curarla pero Julliet se ponía peor.
Rouse estaba también preocupada  por que como no ganaran ese campeonato seria una desgracia, ya que sus padres eran los ganadores mundiales del ping-pong y habían estado entrenando muy duro para que por lo menos quedaran finalistas.

Solo quedaban unos días para que empezara el campeonato, y Julliet no se recuperaba pero un buen día llego un duendecillo llamado Peter, era un duende muy moderno porque al contrario de los otros a él le gustaba salir y pasárselo bien con sus amigos.

Cuando el duendecillo vio a Julliet quedó  prendado de ella, se enamoró completamente. Las otras hadas que había por allí le dijeron que estaba enferma y no lograba curarse.

Peter, se acordó de su padre, ya que este era el mejor médico de Hadylandia, entonces decidió proponerle a Julliet su paso por la consulta de su padre. Peter quería que su padre la curase para ver si así se fijaba en él.

El padre le detecto una rara depresión, asique, tenía que salir todos los días a pasear a divertirse, y sobre todo tenía que intentar olvidarse de la presión del campeonato de pin-pon, Peter como no se ofreció a ayudarle encantado.

Mientras tanto Rouse seguía practicando para el campeonato, Julliet practicaba una hora al día con Peter , porque como le recomendó el médico que no podía estar todo el día pensando en eso.

De pasar tanto tiempo con Peter Julliet logró recuperase y sin querer queriendo se enamoró de él. Peter estaba súper feliz y a la vez un  poco preocupado porque Julliet se tenía que marchar una semana al campeonato.

Llegó el día en que Julliet y Rouse se tuvieron que marchar, pero Julliet le pidió a Peter que la acompañara a ella y a Rouse, él aceptó encantado.

Cuando llegaron al campeonato de ping-pong, Rouse por su buena táctica y Julliet por el apoyo incondicional de su gran amor, Peter, consiguieron quedar primeras.

Los padres de las hadas estaban super orgullosos de ellas.

Julliet le presentó a sus padres su amado, a los padres le cayó súper bien, y como era de esperar los padre le dieron su consentimiento para que se pudieran casar y ser felices.
Cuando pasaron tres meses contrajeron matrimonio, toda la ceremonia fue bonita y todo el reino de las hadas acudió a ella y le desearon mucha salud, mucha felicidad amor y como no que esto era una de las cosas más importantes en el Hadylandia :
Que tuvieran muchos elfos (unión de un hada y un duende)

Como así cuenta la historia, tuvieron muchos elfitos, a los cuáles enseñaron a jugar al ping-pong también.

Iban a campeonatos y procuraban ganar siempre. Eran entrenados por sus padres, y casi siempre quedaban los primeros en los campeonatos y con esta suerte, fueron los elfos predilectos de  la ciudad.

Fueron muy, muy famosos, viajaban a muchos lugares encantados, en busca de la felicidad y como se dice aquí de entretenimiento jugando al ping-pong.

Ellos fueron grandes ejemplos para las demás hadas, duendes y elfos de la ciudad encantada. Así siguieron su vidas todos juntos.

                                       FIN.
Autoras:
Inés Doroteo Carrero e Isabel Alés Majarón. 3º ESO.


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